“Vittoria, el vino, la viña, los muros de piedra seca. Esta es mi tierra. El sol sale, temprano en la mañana, en las montañas de Iblei, mientras el cielo se sonroja en capas y la luz cálida se extiende entre las filas de Fossa di Lupo, mi distrito. Me encantan las uvas de estos lugares, Il Frappato y Nero d'Avola. Me encuentro en su expresión, en su ser armónico y desigual. Me encanta la fuerza de saber llevar un pasado y un futuro al mismo tiempo". Todo comenzó hace diecisiete años en Fossa di Lupo. Un lugar mágico donde la tierra, que al atardecer se tiñe de rojo y es peinada por el viento que viene del Iblei, se inclina a un lado de una carretera: la SP68. Una carretera estatal como tantas otras, pero con una historia especial. Alguna vez estuvo hecho de piedra, estrechándose poco más que un camino; hace tres mil años
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