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Dorilli Cerasuolo di Vittoria DOCG 2016 - Planeta
17,68 €- 20%
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DESCRIPCIÓN
El Cerasuolo di Vittoria Classico Dorilli representa para nosotros la quintaesencia de este vino antiguo y noble. Proviene de una cuidadosa selección de los viñedos que rodean la hermosa y singular finca Dorilli, llamada así por el cercano río Dirillo, lugar de desembarco del valiente Eneas. Una expresión fina y elegante, fruto de la unión del noble Nero d'Avola con el Frappato di Vittoria, la variedad de uva Iblea por excelencia, ligeramente marcada por la crianza en madera. Una producción limitada para los amantes de las pequeñas denominaciones italianas, la historia y el testimonio de nuestra tierra.
VIÑEDO DORILLI, VITTORIA (RA).
Despalillado seguido de 21 días sobre los hollejos a 25°C; tras el trasiego, fermentación maloláctica en depósitos de acero.
Crianza de 12 meses en barricas de roble.
Casi parece que el vino toma su color violeta rubí de las arenas rojas de estas vides Nero d'Avola y Frappato. Los aromas de cerezas negras maduras se mezclan con los de cardamomo, vainilla y canela. El tanino, maduro, suave, redondo, se funde en la boca gracias a una increíble dulzura de la fruta. Aquí, las especias orientales se mezclan con sabores complejos de tocino ahumado, mosto cocido, mejorana y tunas.
CÓMO SERVIR
18 20-° C
Es recomendable dejar 'respirar' el vino al menos entre quince y treinta minutos antes de servir.
Conservar 5/10 años
Extraordinario con costillas de cerdo asadas, bien condimentadas y condimentadas. Su complejidad salada va bien con pescados grasos de los fondos marinos cocidos en caldereta, en guisos, llegando incluso a soportar maridajes con pescados especiados con un toque asiático.
CAVA
“Durante cinco siglos, a través de 17 generaciones, nuestra familia se ha comprometido a seguir los caminos de la evolución agrícola en una tierra compleja como Sicilia, con un enfoque siempre orientado hacia la apertura y la innovación. Donde con demasiada frecuencia el mundo agrícola se ha encerrado en antiguos patrones de hábitos sociales y prácticas productivas, más bien hemos heredado, de generación en generación, un instinto orientado a cambiar y generar cambios positivos a nuestro alrededor, en la cultura y entre las personas. Durante el siglo XX fue el abuelo Vito quien demostró cómo, más allá de la gestión estática de la propiedad de la tierra, todos debemos avanzar hacia nuevas soluciones y nuevas perspectivas: fue el primero, en Menfi, en intentar transformar nuestra pequeña bodega familiar en una gran bodega social que en poco tiempo, bajo la presidencia de Diego, se transformó en patrimonio colectivo y modelo de desarrollo territorial. Simultáneamente presidente del instituto regional de la vid y el vino, Diego desempeñó un papel destacado en el renacimiento del vino de Sicilia, transformándolo en un gran laboratorio de experimentación, con una consultoría ilustrada como la de Giacomo Tachis, Carlo Corino, Giampaolo Fabris y Attilio Scienza. . Leer más
