Son ocho hectáreas de magníficos viñedos, en la zona de Sauternes donde nacen increíbles vinos dulces, hijos de la llamada podredumbre noble, la Botrytis que cada año, gracias al clima particular y la alta humedad por la proximidad de dos ríos, golpea los viñedos de la región.
Color amarillo dorado brillante. En nariz, notas de flores y frutas blancas como pera y manzana. En boca es fresco y de buena amplitud, equilibrado confirmado por el retrogusto de miel y mantequilla.